La investigación detalla que la protuberancia del niño comenzó a brotar alrededor de cuatro y ocho semanas después de la gestación.
Según un estudio de caso publicado en el Journal of Pediatric Case Surgery Reports, el pequeño es uno de los pocos bebés que ha nacido con una "verdadera cola humana".
La investigación detalla que la protuberancia del niño comenzó a brotar alrededor de cuatro y ocho semanas después de la gestación, algo que le ocurre en el desarrollo de todos los bebés, pero que normalmente se reabsorbe para formar el coxis. Sin embargo, la "cola" de este bebé brasileño continúo creciendo.
El niño nació prematuramente a las 35 semanas y lucía una protuberancia que se desprendía por sobre su glúteo izquierdo de unos 15 centímetros, la cual en su punto tenía una bola de poco más de 3 centímetros de ancho.
La forma de la cola se asemejaba a un "mazo medieval", que estaba compuesto solo de tejido y grasa. Con esto, el bebé se convirtió en uno de los menos de 40 niños documentados que nacieron con una "verdadera cola", ya que muchos casos similares en realidad solo nacen con una seudocola, es decir, solo una protuberancia que sobresale de la base de la columna y que contienen cartílago y hueso.
El caso es particularmente único al considerar que los antepasados simios de los humanos dejaron de tener cola hace unos 25 millones de años según lo que reporta el New York Post. Por el momento, no está claro si el bebé brasileño es un rezagado evolutivo.
A pesar que el niño no sufría ninguna complicación en su quinta extremidad, su familia decidió quitarle la "bola y cadena" que colgaba de su cuerpo. El estudio no señala si el niño sentía dolor o malestares producto de su cola, ni tampoco entregó detalles sobre el procedimiento para extirparla.
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