Los demócratas lanzaron el martes una investigación parlamentaria formal contra Donald Trump por supuestamente presionar a Ucrania para perjudicar a su rival político Joe Biden, que constituye el primer paso del proceso de destitución, aunque tiene pocos visos de prosperar.
A pesar de los muchos casos que sacudieron a Trump durante los primeros años de su presidencia, el caso de las presuntas presiones a Ucrania es el que representa el desafío político más severo para el presidente.
«Una cacería de brujas basura», denunció de inmediato Trump, que recibió la noticia en Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de la ONU.
Ironía del calendario, el presidente estaba en ese momento en su casa de la Torre Trump, el rascacielos donde anunció en 2015 su candidatura a la Casa Blanca.
– Apuesta arriesgada –
La presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hizo el anuncio alegando que «las acciones del presidente hasta la fecha han violado la Constitución».
A 14 meses de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, lanzar este procedimiento, impopular en las encuestas y de resultado muy incierto, representa una apuesta arriesgada.
La Cámara baja, controlada por los demócratas, será la responsable de llevar a cabo el procedimiento de acusación. Si tiene éxito, el Senado, con una mayoría republicana aún leal a Trump, realizará el juicio político contra el presidente y votará si lo destituye o no.
Tal y como están las cosas en este momento, parece poco probable los senadores se vuelvan contra el presidente.
Solo dos presidentes de Estados Unidos han sido acusados en la historia: los demócratas Andrew Johnson, en 1868; y Bill Clinton, quien fue denunciado por «perjurio» en 1998 en el marco de su relación con la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky.
El republicano Richard Nixon, en 1974, prefirió renunciar para evitar su segura destitución por el Congreso a raíz del escándalo del Watergate.
Trump, de 73 años, consideró «ridícula» la idea de ser destituido, y dijo que este procedimiento le beneficiará en su carrera para conseguir la reelección el año que viene.
Pelosi se había mostrado reacia hasta ahora a recurrir a este proceso. Estratega inteligente de 79 años, la demócrata temía que los votantes sancionen en 2020 a un partido que pasa demasiado tiempo centrado en el presidente en lugar de hablar sobre los temas importantes, como economía y salud.
Con información de AFP
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