Kevin Strickland, un afroamericano de 62 años, fue condenado por un jurado compuesto íntegramente por personas blancas y basados únicamente en el testimonio de una única testigo.
En su dictamen, el magistrado James Welsh concluye que no existió “ninguna prueba física que implicara directamente a Strickland” en el asesinato del 25 de abril de 1978 de Sherrie Black, Larry Ingram y John Walker en Kansas City, quienes fueron atados y fusilados por un grupo de cuatro personas.
“Strickland fue condenado únicamente con el testimonio de una testigo (Cinthya) Douglas, que más tarde se desdijo de sus declaraciones, en las que lo identificó como uno de los cuatro autores” del crimen, argumentó Welsh en su resolución. Douglas fue la única persona que sobrevivió a la matanza del 25 de abril de 1978.
En consecuencia, el juez pidió este martes “la liberación inmediata” de Strickland, de 62 años. Este hombre fue condenado en 1979 por un jurado, compuesto íntegramente por blancos, y sentenciado a cadena perpetua sin derecho a libertad bajo fianza durante 50 años.
Strickland fue juzgado en dos ocasiones: el primer juicio fue declarado nulo, dado que el jurado no fue capaz de ponerse de acuerdo para producir un veredicto, y en el segundo fue cuando fue declarado culpable.
A lo largo de los años se han multiplicado los esfuerzos para revisar este caso en busca de una exoneración de Strickland, que culminaron con una vista este mes en la que se examinaron las pruebas incriminatorias y su defensa presentó otras que lo exculpan.
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