El prototipo que se utilizará en el país europeo todavía se está desarrollando y llegará a lo largo de 2022.
La máquina de estilo futurista tiene forma de cápsula y es desmontable; es decir que se puede trasladar de un lugar a otro con facilidad. Para construirla, sus planos se pueden descargar de Internet e imprimirlos en una impresora 3D.
Su creador es el defensor de la eutanasia Philip Nitschke y su colega Alexander Bannink.
Según Nitschke, quien desea morir de forma digna se introduce en la cámara de la máquina y presiona un botón para activar el sistema. Sarco reemplaza el oxígeno por el nitrógeno y el paciente queda inconsciente y luego fallece en un lapso de cinco a 10 minutos. Durante este proceso “no hay pánico ni sensación de ahogo”, afirma el inventor, pero sí un mareo leve.
Según Nitschke el fin de esta máquina es “permitir a los adultos racionales la opción de una muerte pacífica, electiva y legal en un ambiente elegante y con estilo”, publica el medio Infobae.
Conocido también como ‘Doctor Muerte’, Nitschke explicó que por el momento existen dos prototipos de Sarco. Sin embargo, trabaja en un tercero con mejoras, como por ejemplo, que quede grabado en video el consentimiento del paciente.
Sarco no es una máquina de eutanasia, explica La Vanguardia, pues esto implica que una segunda persona da muerte a otra por su propio pedido. En el suicidio asistido “es el solicitante quien se da muerte a sí mismo gracias a las herramientas que proporciona una segunda persona, en este caso la máquina”.
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