Científicos en Estados Unidos han desarrollado una técnica para “curar” a mosquitos de malaria, en vez de eliminarlos con insecticidas, con el fin de evitar que contagien esa enfermedad a los humanos, según un estudio publicado hoy en Nature.
La investigación, liderada por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, demostró que el fármaco atovaquona, administrado normalmente a personas para prevenir y tratar la malaria, también es eficaz en estos insectos.
Mientras los humanos lo toman por vía oral, los mosquitos pueden absorberlo a través de sus patas, cuando éstas entran en contacto con una superficie a la que se ha aplicado atovaquona, como por ejemplo en redes mosquiteras de camas.
Los expertos constataron que los mosquitos tratados con este fármaco, que se introdujo en el año 2000, bloquearon “completamente” el desarrollo del parásito Plasmodium falciparum, el causante de la malaria.
“Los mosquitos son organismos extraordinariamente resistentes y han desarrollado resistencia contra cada insecticida que se ha usado para matarlos. Al eliminar los parásitos de malaria dentro del mosquito, en vez de matar al mismo, podemos prevenir eficazmente las transmisión de la malaria”, explica en un comunicado Flaminia, Catteruccia, profesora de inmunología y enfermedades infecciosas.
En su opinión, el uso de mallas antimosquitos puede ayudar a luchar contra esta “devastadora enfermedad”, pues se trata de una “idea simple, pero innovadora” que “es segura” para las personas y, además, “respetuosa con el medioambiente”.
Durante los últimos 20 años, la aplicación de insecticidas en redes antimosquitos ha evitado en torno a un 68 % de casos de malaria, si bien algunas especies han desarrollado recientemente resistencia a los repelentes más comunes, como los llamados piretroides, usados habitualmente en hogares y en agricultura.
Para este estudio, los científicos expusieron a mosquitos hembra del tipo Anopheles al compuesto antimalárico atovaquona, a fin de aplicar un tratamiento profiláctico capaz de bloquear el desarrollo y transmisión del parásito Plasmodium falciparum.
Descubrieron que los insectos anularon completamente al parásito con concentraciones relativamente bajas de atovaquona (100 micromoles por metro cuadrado) y exposiciones de seis minutos, un tiempo comparable al que pueden pasar los mosquitos sobre mallas de cama tratadas con insecticidas.
Los expertos también obtuvieron resultados similares con otros fármacos parecidos, aunque el atovaquona, destacan, no tiene efectos sobre la esperanza de vida o la capacidad reproductora de los mosquitos.
“Cuando recurrimos a un modelo matemático con datos del mundo real sobre resistencia a insecticidas, protección de mallas antimosquitos y prevalencia de malaria, observamos que el uso complementario de un compuesto como atovaquona puede reducir considerablemente la transmisión de malaria en casi todos los condicionantes para los que teníamos datos en África”, resalta Douglas Paton, el principal autor del estudio.
Con información de EFE