Este 2020 nos hizo acostumbrarnos a varias cosas nuevas: teletrabajo, gimnasio en casa, reuniones por Zoom... y el infaltable tapabocas. Ya sea porque trabajas en la salud o vas de compras, se volvió un accesorio fundamental que nos ayuda a disminuir el riesgo de contagio de COVID-19 (junto a otras medidas).
Sin embargo, hay quienes sienten ciertos efectos negativos del uso de la mascarilla a nivel de la piel y nos han preguntado al respecto. Si bien pensamos que aún no habría demasiada información científica, encontramos varios estudios que ya se han llevado a cabo (tanto en la población general como en el personal de la salud).
A grandes rasgos, se describe que debido a la presión, a la fricción y al aumento de temperatura y humedad, el tapaboca puede dañar a la barrera de la piel, causando ardor, picazón, rojez, ampollas, úlceras o piel reseca. Quienes tienen piel sensible o condiciones pre-existentes (rosácea, acné, dermatitis) tienen mayor susceptibilidad. Para prevenir estos daños, hay varias cosas que se pueden hacer: descansar del tapabocas cuando sea posible, rotar entre distintos modelos y materiales, hidratar la piel antes, durante y después de usarlo, y evitar irritantes que sensibilicen aún más a la piel.
¿Afecta el tapabocas a la piel?
Sí. El uso continuo y prolongado de tapabocas puede tener algunas consecuencias negativas para la piel. Teniendo en cuenta lo relativamente poco que llevamos del año y de pandemia, nos sorprendió la cantidad de investigaciones científicas que ya están disponibles al respecto.
Cabe destacar que los estudios se llevaron a cabo sobre todo en personal de la salud, ya que son ellos quienes están más expuestos (teniendo un riesgo del 97% de presentar daños a nivel de la piel debido a las medidas de protección). En la población general que usa el tapaboca solo ocasionalmente, el riesgo es mucho menor.
Tips para prevenir daño
Afortunadamente, hay varios recursos que pueden ayudar a prevenir o minimizar los daños causados por el uso prolongado de tapaboca.
Cuando no sea necesario, descansa del tapabocas. Esto no quiere decir que no cumplas con las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Solo recuerda no seguir usándolo por inercia cuando ya te lo puedes sacar.
No uses siempre el mismo. Rota el uso de los que tengas y, en lo posible, alterna entre distintos modelos y materiales, para que la presión y el roce no se den siempre sobre el mismo lugar.
Ponte crema hidratante antes de usar el tapabocas para reducir la fricción entre la mascarilla y la piel.
Reaplica la hidratante cada una hora para mantener el efecto. Un estudio mostró que aplicar Vaselina reducía la fricción en un 25%, pero que la misma retornaba a valores normales luego de una hora de uso del tapaboca. Por eso, reaplicar el producto hidratante periódicamente es fundamental para prevenir o minimizar el riesgo de lesiones.
Si sientes que el roce y la presión aún te molestan (pese a rotar de tapabocas y usar crema hidratante para reducir la fricción), puedes aplicar 2 capas de gasa entre la piel y la mascarilla.
Luego de retirarlo, lava el rostro evitando que el agua esté muy caliente y utiliza un limpiador que sea gentil con la piel. El uso de limpiadores agresivos puede perturbar la barrera y volverla más sensible al daño.
Fuente: The chemistlook
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