Un ciudadano británico que sufrió un accidente laboral acudió al médico y salió con su mano pegada a su parte íntima.
El hombre identificado como, Anthony Lelliott, se salvó de ser emputado por el minucioso trabajo de reconstrucción microvascular de los cirujanos. La reconstrucción duró un tiempo de 17 horas.
El milagro de este señor al recuperar su parte y la habilidad de los doctores al ir reconstruyendo esa extremidad, conectando uno por uno los vasos sanguíneos, nervios, ligamentos y fragmentos de tejido óseo. Para ello, utilizaron injertos nerviosos y venosos extraídos de su antebrazo y uno de sus pies, respectivamente.
Con información de RT Actualidad
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