Si hablaran las paredes de la residencia de ancianos donde vive María Teresa Cobar, de 80 años, y Carlos Víctor Suárez, de 95, dirían el profundo amor que esta pareja se tiene. Después de estar viudo por 10 años, don Carlos vio pasar frente a él a doña María Teresa y supo que no dejaría escapar a ese encanto de mujer.
A su vez, ella nunca había estado casada, pero cuando miró al señor Carlos en la residencia de Miami, quedó prendida de su caballerosidad. Las puertas de sus habitaciones estaban una frente a la otra y pronto comenzaron a “encontrarse” casualmente en el pasillo y a reunirse para ver las noticias, para tomar el té, para disfrutar de las puestas de sol y para bailar juntos en las fiestas.
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