Ha empezado la semana y las máquinas suenan a todo rugir. Unas absorben y procesan un blanco papel, otras se encargan de expulsar vasos ya moldeados y terminados: cada una con una capacidad de 4.000 unidades por hora. Al menos ese es el rendimiento que calcula Jhon Holguín, uno de los operarios que controlan el proceso de producción de recipientes para bebidas calientes, que hoy ya desplazan con fuerza al uso de vasos de plástico y de foam.
Él es uno de los 200 trabajadores de Figuretti, una empresa del Grupo Gráfico Abad, que en 1998 inició con la producción de figuritas para álbumes, pero que hoy en Guayaquil se reconoce como una de las mayores proveedoras de envases hechos de papel reciclable y materiales biodegradable, como alternativa ambiental al plástico de un solo uso que hoy se quiere erradicar.
Juan Carlos Abad, gerente de Figuretti, menciona que el salto de la empresa se dio en el 2009 cuando se dieron cuenta del potencial de crecimiento que podrían tener si embarcaban a la firma a la reciente ola de soluciones ‘verdes’. Fue así como, con los años, pasaron de la básica producción de vasos de papel a tener un amplio portafolio de 82 tipos de productos que comprenden platos, bandejas, sorbetes, canoas, removedores, loncheras, tarrinas, entre otros.
La Ordenanza Municipal que plantea plazos para la erradicación de envases plásticos desechables, reconoce, fue oportuna para seguir dando vida y mayor motivación a lo que ya venían haciendo. Sus productos, que se expenden bajo la marca Dream Pack, acaban de entrar a cadenas de retail como Mi Comisariato.
En el mercado nacional no son los únicos. Propuestas parecidas vienen trabajando empresas como Marte Industrias C.A. (de Quito); Ecompake (Cuenca) y Makisami (Ambato). Se trata de emprendimientos jóvenes, pero con propuestas que también son innovadoras al usar elementos biodegradables para sustituir resinas plasticas. En el caso de Ecompake, se emplea la hoja de palma africana para elaborar platos y bandejas; Makisami, en cambio, hace algo parecido con el uso de fibras naturales. Soledad Jaramillo, representante de esta última empresa, menciona que desde hace apenas dos años empezaron a fabricar platos descartables bajo la marca Leaf Packs, como una alternativa sustentable al uso de vajillas desechables plásticas. Por operario tienen la capacidad de procesar hasta 1.000 platos por día.
Dallyana Passailaigue, asambleísta mentora de la ordenanza para regular el uso de productos plásticos de un solo uso, acogida ya por el Municipio de Guayaquil, menciona que esta tendencia de negocios era previsible y cree que seguirá, conforme sigan avanzando los plazos para eliminar estos productos que contaminan al medio ambiente. En septiembre la ordenanza cumplirá un año de vigencia. Hasta el momento, los tiempos ya vencieron para reemplazar los sorbetes y las bolsas tipos camiseta.
El material y la tecnología que hoy busca reemplazar al plástico, hace que cada envase llegue a producirse con unos centavos más de diferencia. Según las características que tenga un vaso de papel, por ejemplo, podría llegar a ser hasta un 50 % más costoso, dice Abad. No obstante, ese diferencial, reconoce, no ha sido impedimento para que grandes y pequeños negocios se acojan al cambio.
Se trata de una industria que apenas empieza a asentar sus bases. En su entorno siguen los desafíos relacionados a su crecimiento y a su facultad de seguir generando empleos. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el impulso de una “economía más verde” podría generar hasta 24 millones de empleos en la próxima década, a nivel global. Si bien la transición hacia este tipo de economía podría provocar la destrucción de empleos en algunas industrias, como la del carbón o el plástico, también creará nuevas oportunidades de trabajo.
Cortesía: Diario Expreso
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