México intenta rebajar la tensión con Bolivia en el inicio del nuevo año. Para ello, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador echó mano del embajador con más antigüedad en el servicio exterior mexicano.
La Secretaría de Relaciones Exteriores informó este viernes que Edmundo Font, un veterano diplomático con más de 45 años de experiencia, será el nuevo encargado de Negocios interino en La Paz, reseñó El País.
Font, de 66 años, llega al país sudamericano en momentos de tensión después de que el gobierno interino de Jeanine Áñez expulsara el 30 de diciembre a la embajadora mexicana y a dos diplomáticos españoles y sus escoltas.
Font, quien ya se encuentra en Bolivia, ha estado adscrito a varias misiones en Centro, Sudamérica, Europa, Medio Oriente y Asia. Desde 1974, cuando entró al servicio exterior ha vivido en ocho países de cuatro continentes. Fue embajador en Colombia, India y Santa Lucía.
En el Caribe, el embajador Font también desarrolló otras de sus pasiones que lo han marcado por más de 30 años: la pintura y la escritura. Durante su estancia al frente de la legación mexicana en la caribeña Santa Lucía, el Nobel de Literatura Derek Walcott, originario de la isla, escribió algunas líneas sobre la obra del diplomático.
"Font es nuestro embajador de México y como la mayoría de los embajadores es un tipo agradable... pero también es un pintor considerablemente talentoso que ama mi isla genuinamente y que pinta con lo que solo puede llamarse un decente frenesí", escribió el poeta laureado en 1992.
La recepción de Font en La Paz no será tan tersa. El embajador ocupará la residencia en la privada La Rinconada, al sur de la capital boliviana.
Este edificio se convirtió en el núcleo de las tensiones entre ambos gobiernos, iniciadas desde que el Ejecutivo mexicano ofreció asilo a Morales tras su renuncia a la presidencia, el 10 de noviembre.
Nueve exfuncionarios del partido Movimiento al Socialismo, leales al exmandatario boliviano, se encuentran asilados en esa casa. Entre ellos cinco exministros y el exfiscal general. En el grupo destaca Juan Ramón Quintana, el encargado de Interior de Morales, quien ha sido acusado de sedición y terrorismo por quienes hoy ocupan el poder en Bolivia.
La residencia de La Rinconada es el escenario, según los diplomáticos mexicanos, de un "acoso", hostigamiento e intimidación de parte de las autoridades bolivianas. El Gobierno de México se ha quejado de la excesiva vigilancia de numerosos policías y drones afuera de las instalaciones.
El hecho que colmó el vaso de la paciencia de la presidenta Áñez sucedió el 27 de diciembre. Cristina Borreguero, encargada de negocios de Madrid en La Paz, visitó a la embajadora mexicana, María Teresa Mercado, acompañada del cónsul español Álvaro Fernández.
El encuentro se presentó como una visita informal, pero los escoltas de los diplomáticos españoles protagonizaron un incidente con los vecinos de La Rinconada, una zona de clase media alta con amplia presencia de opositores de Morales. La cancillería boliviana consideró que Borreguero y Fernández abusaron de sus privilegios diplomáticos y los acusó de entrometerse en la política interior.
Cuatro días después, la presidenta interina anunció la expulsión de los tres diplomáticos y los escoltas españoles de Bolivia. Font tiene la tarea de distender unas relaciones que se encuentran en sus horas más bajas.
Fuente: Globovisión /ElPaís/MH
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